Citemos:
Originalidad / Redundancia
Monosemia / Polisemia
Denotación / Connotación
Sencillez / Complejidad
La iconicidad hace referencia a la semejanza de la imagen con la realidad exterior. Las imágenes pueden acercarse más o menos a la realidad que tratan de representar, desde la fotografía en color como imagen o texto visual más icónico, es decir, mas “parecido” a la realidad, al mayor grado de abstracción que puede suponer la escritura (una fotografía de un automóvil frente a “automóvil” como manera de representar el objeto)
La iconicidad es, pues, la capacidad que posee la representación de algo para producir en nosotros un efecto visual similar al que nos produce la realidad representada. Mientras más similar sea el efecto, más icónica será la representación.
Existe una escala de iconicidad que va desde el máximo grado de iconicidad, la imagen natural o un modelo tridimensional, al mínimo, la palabra que hace referencia al objeto.
La abstracción supone que la imagen no tiene parecido con una realidad concreta, puede ser producto de la fantasía (imágenes surrealistas) o relaciones arbitrarias (señal de tráfico: prohibido el paso). En algunos casos la representación no existe y la imagen se convierte en una realidad autónoma (pintura abstracta)
El concepto de redundancia, referido a las imágenes, tiene que ver con el uso de estereotipos o modelos: determinadas concepciones que se tienen en torno a personas, forma de interpretar el mundo, etc. (Veremos que esa es precisamente una de las funciones de la imagen publicitaria: la estereotipadora)
En estos momentos en que las imágenes lo invaden todo, la saturación de imágenes puede llevar a la repetición de esquemas, al uso de estereotipos, a la insistencia en estímulos conocidos y redundantes que ya no llaman la atención.
Otras imágenes sorprenden porque tienen un toque diferente (innovación) en lo que representan o en la forma gráfica de representarlo, en el tema o en la composición de la imagen. (Pero hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, imágenes de significado absolutamente estereotipado suelen venir envueltos en unos planteamientos estéticos sumamente novedosos)
La originalidad en el mundo de las imágenes, consiste en planteamientos estéticos nuevos y sobre todo en formas diferentes de entender la realidad. Originalidad no tiene que significar algo abstracto, difícil de “ver” y entender, sino en imágenes que escapen a la estandarización.
Hay imágenes que tienen un solo significado, son imágenes monosémicas. Las imágenes monosémicas tienen un sentido obvio: la imagen de un automóvil tiene un significado inmediato : vehículo personal de transporte con unas determinadas características. Sin embargo, hay otro tipo de imágenes que provocan un cierto desconcierto en la medida que pueden ofrecer varias significaciones, son imágenes polisémicas.
En la recepción de los mensajes el espectador está influido por un contexto personal y social que añade matices al significado original, provocando la aparición de diferentes sentidos para idénticas imágenes.
Los creadores de imágenes publicitarias juegan con este tipo de polisemia para conectar con sentimientos, creencias y tendencias arraigadas en el que será su público objetivo, como veremos.
Las imágenes, como textos visuales que son, pueden leerse de dos maneras: denotativamente, es decir, enumerando y describiendo cada elemento de la imagen ajustándose a lo que se ve objetivamente; y connotativamente, tratando de “leer” aquello que nos sugiere, (la connotación supone la asociación de la imagen con determinados sentimientos) esos otros significados subjetivos que la imagen puede ofrecer al observador: alegría, tristeza, frío, calor…
Al hablar de imágenes Denotativas debemos tener en cuenta también el contexto si no queremos correr el riesgo de equivocarnos: una imagen descontextualizada puede dar lugar a equívocos y adquirir significados distintos según el contexto
su análisis.
Una imagen compleja no necesariamente tiene que tener muchos elementos y una imagen simple pocos.
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